
América Latina y Europa: más allá de la cumbre
La Fundación Alternativas organizó este jueves, en la sede de la Secretaría General Iberoamericana, la presentación de su ‘Informe América Latina y Europa: más allá de la cumbre’, en el que se analiza la realidad de los países que conforman la Asociación Estratégica entre la UE y la CELAC. Una realidad no exenta de contrastes, como quedó de relieve en la reciente Cumbre Iberoamericana en República Dominicana, donde prevalecieron las fracturas y las diferencias. El documento de Alternativas pretende avanzar, con un enfoque progresista, en el abordaje de las causas estructurales de la desigualdad, la creación de sistemas de protección social universales y resilientes, la implementación de políticas fiscales equitativas, y la relevancia de un pacto ecológico y ambiental efectivo que fomente inversiones productivas que generen innovación compartida y empleos dignos.
El trabajo de Alternativas resalta la “preocupación” a ambos lados del Atlántico sobre la interrupción del diálogo político birregional entre la UE y CELAC, en “suspenso desde 2015”. Se han mantenido las acciones de cooperación y las negociaciones comerciales han seguido su curso, pero desde ese año no ha sido posible celebrar un “encuentro de jefes de Estado y de Gobierno”. El sistema internacional está atravesando una etapa de “crisis sistémica”, que pone en tensión sus bases materiales y sus instituciones y normas, tanto las de “carácter constitutivo como regulatorio”. La crisis de la globalización y del orden internacional afecta profundamente a las “estructuras sociales y económicas”, tanto en la UE como en América Latina y el Caribe, y reclama a ambas una “redefinición de los patrones y estrategias de inserción internacional, de las políticas exteriores y de desarrollo de todos los actores, y de sus asociaciones y vínculos internacionales”.
El informe aclara que se trata de varias “crisis dentro de otra crisis”. En primer lugar, la crisis financiera de 2008, “que mostró los límites de un capitalismo altamente transnacionalizado”, que tras más de una década de intervenciones masivas de los bancos centrales “no termina de ser resuelta”. En segundo lugar, la pandemia del COVID-19, que, si bien esta se presenta como un “choque exógeno”, debe entenderse también como “expresión de riesgos globales”, que a su vez se ven agravados por las condiciones socioeconómicas preexistentes, y por la “debilidad del multilateralismo y las organizaciones internacionales para orquestar la acción colectiva”. En tercer lugar, la invasión rusa de Ucrania, con efectos globales en la “inflación, escasez y disrupción de cadenas de suministro, erosionando el orden internacional vigente”.
DESARROLLO E INCLUSIÓN SOCIAL
Por otro lado, el diálogo y la cooperación en materia de democracia y derechos humanos exige “agendas compartidas y más amplias”, que remitan a las agendas del desarrollo y de la inclusión social “a través de políticas públicas” que respondan las expectativas ciudadanas y “materialicen los derechos económicos y sociales”. En este sentido, la presidencia española del Consejo de la UE en el segundo semestre de este año, debe profundizar en las propuestas de “pactos verdes” y los debates sobre la transición ecológica y sobre “nuevos modelos macroeconómicos”, de política industrial, fiscal y de empleo en Estados Unidos, la Unión Europea (UE) o China, y, de manera creciente, también en América Latina. En enfoque debe ir “más allá de la política de coyuntura”, y apuntar hacia la “reconstrucción del contrato social” con la generación presente, y también con el planeta y las generaciones futuras. Frente a las crisis de la geopolítica, la economía, la ecología y la sociedad deben “relanzar el diálogo y la cooperación” entre la UE y América Latina y el Caribe.
Asuntos como medio ambiente, cambio climático y transición energética son prioridad en la agenda birregional UE-CELAC, y están orientados a la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Pacto Verde Europeo, y a gestionar adecuadamente la abundancia de recursos naturales en América Latina, donde la opinión pública expresa “preocupación por el calentamiento global y ve a la UE como el socio más idóneo para afrontarlo”. El texto identifica dos elementos que generan sinergias y que favorecen la cooperación: por un lado, las materias primas americanas que Europa necesita para “desarrollar tecnologías verdes” y para diversificar, en el corto plazo, el origen del gas y el petróleo que consume; y, por otro lado, “el capital y la tecnología que Europa posee para extraer y procesar esas materias primas y para generar energías limpias en las dos regiones”.
Entre las propuestas de cara a la cumbre UE-CELAC, destacan la coordinación de políticas a nivel técnico, estableciendo “reuniones birregionales de ministros de medio-ambiente y energía” para acerca posturas a nivel más “técnico y despolitizado”; la transferencia de tecnología para “extraer de forma limpia” los minerales en los países ricos en ellos, y evitar las “extracciones depredadoras”; y la responsabilidad social y medioambiental. El trabajo de Alternativas sostiene que es necesario “afinar y asegurar” la aplicación de los estándares ESG, para “diferenciar” la inversión europea y hacerla más atractiva que la de Estados Unidos y China. Asimismo, el acompañamiento de la cooperación para el desarrollo debe establecerse de una “manera estratégica” para distintos fines: “Cuidar el medio ambiente y la responsabilidad social en las zonas de extracción e inversión; y preparar a los exportadores latinoamericanos para cumplir con la nueva reglamentación derivada del Pacto Verde Europeo, como el CBAM y toda la estrategia agrícola”.
ENERGÍA, TRANSPORTE Y DIGITALIZACIÓN
En comercio internacional e inversiones, los puntos más relevantes son el “cierre del Acuerdo de Libre Comercio” UE-MERCOSUR; terminar la “modernización de los TLC” con México y Chile; reforzar la nueva estrategia de la UE ‘Global Gateway’ para “potenciar los flujos” de negocio directos en la región, con mayor dotación financiera para incrementar su alcance y una “mayor focalización” de las actuaciones conjuntas en energía, transporte y digitalización; potenciar un instrumento de apoyo a la IED birregional para “instrumentar alianzas empresariales y público-privadas” que promueva un mayor volumen de financiación, y facilite incrementar los canales de inversión en “sectores estratégicos de interés común”.
En lo que se refiere a la cooperación internacional para el desarrollo, el informe subraya la importancia de “incrementar” los flujos de AOD hacia ALC, tanto de la UE como a través de la cooperación triangular en la región, más allá del debate de la graduación de los países socios por aumento de su renta per cápita; y reforzar el programa EUROsociAL+ para “redoblar los esfuerzos en la reducción de las desigualdades, el fortalecimiento de las políticas públicas, la cohesión social, y la promoción de la democracia”.
En la lucha contra la corrupción, que opera apoyada en redes transnacionales de crimen organizado, el documento plantea “avanzar y profundizar en el ámbito de la cooperación internacional. La cumbre UE-CELAC de julio debería ser un espacio para plantear la necesidad de concretar los buenos deseos en materia de buena gobernanza y lucha” contra esta lacra.
Programa
Bienvenida
- Andrés Allamand
Secretario general iberoamericano
Vídeo: Retos para América Latina y la Cumbre UE-CELAC
- Alicia Bárcena Ibarra
Embajadora de México en Chile
Mesa de Debate
- Vicente Palacio
Director de Política Exterior de la Fundación Alternativas - Érika Rodríguez
Coordinadora del Informe y profesora de Relaciones Internacionales la Universidad Complutense de Madrid - José Antonio Sanahuja
Director de la Fundación Carolina y co-autor del Informe - Lorena Ruano
Profesora del CIDE, investigadora visitante de la Fundación Carolina y co-autora del Informe