La nueva India de Narendra Modi
“India quiere volver a situarse en el presente”. Rubén Campos, coordinador de Programas de Club de Madrid y experto en Asia Meridional y Sudeste Asiático, ha titulado así la nueva etapa del país asiático con el nacionalista hindú Narendra Modi (BJP), a quien 170 millones de votos otorgaron una mayoría absoluta casi inédita en India en junio pasado, como primer ministro del segundo país más poblado del mundo.
. La candidatura del nuevo primer ministro venía precedida de una cierta polémica debido a los disturbios sangrientos entre musulmanes e hindúes que tuvieron lugar en el Estado de Gujarat en 2002, siendo gobernador el propio Modi.
. El triunfo rotundo de Modi le confiere un fuerte mandato para los próximos cinco años de cara a llevar a cabo su proyecto de cambio, frente a un Partido del Congreso (INC) de la saga de los Gandhi muy debilitado.
Rubén Campos, invitado por el Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas a presentar ayer un análisis de las nuevas relaciones España-India, entiende la victoria de Narendra Modi como un reflejo de la voluntad de la población india de recuperar la proyección internacional de siglos pasados y de su confianza en la capacidad del nuevo líder para acometer una serie de cambios fundamentales para devolver a la India su papel en el mundo.
Al briefing, que ha servido de antesala al I Foro España-India, organizado por la Fundación Consejo España-India el miércoles 3 y jueves 4 en Madrid, han acudido expertos, eurodiputados y numerosos periodistas, convocados bajo las reglas del Chatam house.
“Modi, figura polarizada, el Obama hindú por su carisma y capacidad de tejer lazos diplomáticos, esperanza, ilusión, podemos cambiar las cosas, hay alternativas”. Esta sucesión de halagos, pronunciados por el experto Rubén Campos, explican que Narendra Modi esté considerado "el hombre del momento”, en palabras del coordinador de Programas del Club de Madrid.
Pese a que la estabilidad política y la opinión pública son las principales bazas de Narendra Modi, quien ha sido capaz de recentrar el debate electoral para llevarlo a la discusión económica, el nuevo primer ministro indio será juzgado por su gestión en este campo, base de su programa electoral y eje del debate actual en India, explicó Campos.
Con la previsión de convertirse en la tercera potencia económica mundial en 2050, India, que crece al 5%, ve seriamente amenazado su posición en el ranking por sus fuertes desequilibrios internos, problemas estructurales profundos, como los 10 millones de esclavos que aún mantiene. Con años de crecimiento sostenido, los resultados económicos todavía no han llegado a la gente.
País abierto a la inversión extranjera, ha recibido importantes contratos para la explotación de minas de carbón y uranio por parte de Australia. El desarrollo de las infraestructuras nacionales constituyen la espita del futuro del país, y es en este área económica donde a España le esperan notables oportunidades. No en vano, el español es la lengua más demanda en la enseñanza de idiomas.
Pese a los buenos augurios económicos rebajados por las dificultades estructurales de India, Modi se encuentra con una gruesa piedra en el zapato. El terrorismo, no solo el yihadista sino también el naxalista y las amenazas independentistas de Cachemira y Jammu constituyen frentes de calado para el nuevo primer ministro. India ve en España una fuente experimentada en lucha contra el terrorismo, por su know how, y este es uno de los principales temas sobre la mesa del I Foro España-India.
Entre las principales preocupaciones de los BRIC, es prioritaria conseguir que se llegue a un acuerdo fronterizo entre China e India, a lo que debería acompañar una mejora de las relaciones entre India y Pakistán, cuando más las militares, a fin de estabilizar las fronteras de aquel lado del mundo. En este otro lado del mundo, Estados Unidos concibe su relación con India como un contrapeso a China, mientras que la Unión Europea concentra sus energías en reforzar sus relaciones económicas. India antepone las relaciones bilaterales con cada uno de los Estados miembro a las regionales con el conjunto de la UE.