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4 marzo 2021

Alberto Aragón: 'Las empresas tendrán que enfrentar importantes retos ambientales para seguir funcionando'

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Alberto Aragón: 'Las empresas tendrán que enfrentar importantes retos ambientales para seguir funcionando'

La Fundación Alternativas organizó este jueves el debate on-line titulado ‘La empresa sostenible’. La sostenibilidad es uno de los tres objetivos, junto con la prosperidad y la inclusión social, que orientan el trabajo del proyecto colectivo ‘Empresa y Sociedad’, de la Fundación Alternativas. En su sentido más amplio, la sostenibilidad apela a la ética intergeneracional por la cual las generaciones presentes satisfacen sus necesidades sin hipotecar las posibilidades de que las generaciones futuras satisfagan la suyas. Para una empresa, la sostenibilidad significa realizar las actividades de producción e intercambio en las que participa, respetando las prescripciones de la ética intergeneracional. De las tres ramificaciones de la sostenibilidad empresarial -económica, social y medioambiental-, el seminario se centró en la gobernanza al máximo nivel de la relación de la empresa con el medio ambiente en general, y en el ámbito particular de las oportunidades y retos del pacto verde (Green Deal) impulsado por la Unión Europea.  El coloquio forma parte de un ciclo de debates sobre la función social de la empresa. En esta ocasión, Alberto Aragón, catedrático de la Universidad de Granada, presentó las conclusiones de su trabajo 'Estrategias sostenibles y gobierno corporativo: el qué y el quién del 'Green Deal' en el contexto empresarial'.

El trabajo del profesor Aragón se centra en la importancia de analizar el vínculo entre empresa y sostenibilidad del planeta. En este sentido, unos 183 directores generales de las mayores empresas norteamericanas han firmado una declaración subrayando la importancia de compatibilizar la compensación a accionistas y los requerimientos sobre sostenibilidad de su entorno, siguiendo las advertencias de líderes mundiales como Antonio Guterres, Al Gore o Greta Thunberg.

Por su parte, Black Rock, la mayor empresa de gestión de fondos de inversión, lleva ya tiempo exigiendo a las empresas en las que invierte que comuniquen sus avances en materia ambiental y, su consejero delegado, Larry Fink, declaró recientemente que “el cambio climático es, a todas luces, el principal asunto en la lista de prioridades de nuestros clientes”. En este escenario, el informe de Aragón se centra en dos preguntas: ¿cuáles son las alternativas estratégicas que las empresas pueden desarrollar para abordar el tema de la sostenibilidad ambiental y qué consecuencias competitivas conllevan?, y ¿qué características internas empujan a los principales agentes del gobierno corporativo de la empresa a impulsar decisiones ambientales más avanzadas?

Según una declaración de la ONU de 1987, “el desarrollo sostenible se define como una satisfacción de las necesidades presentes sin comprometer las de futuras generaciones, gracias a conjugar equilibradamente los impactos ambientales, sociales y económicos”. Pero el documento del profesor Aragón recuerda que “la utilización intensiva de energías no renovables y el consumo masivo han sido las bases de un desarrollo económico vertiginoso en las últimas décadas que, desgraciadamente, ha conllevado también importantes problemas sociales de desigualdad y graves daños ambientales”. A su juicio, Una empresa sostenible del siglo XXI debe ser “capaz de identificar” los impactos de sus estrategias en los ámbitos económicos, sociales, y ambientales, y “contribuir decisivamente” a su desarrollo equilibrado. Por lo tanto, “la contribución al desarrollo sostenible del planeta tiene relevancia para la empresa tanto desde una perspectiva ética como competitiva”.

Desde un punto de vista ético, Aragón aclaró que para “Naciones Unidas la sostenibilidad es el reto más relevante de la Humanidad en el siglo XXI”. El calentamiento del planeta, la contaminación, la desigualdad creciente entre países y dentro de los países, o el deterioro irreversible de grandes espacios naturales, son factores “que no sólo perjudican el bienestar y la salud humana, sino que ponen en peligro la supervivencia de la propia especie en el medio plazo”. A su entender, “las actuaciones de cualquier persona necesitan considerar estas emergencias y los gestores empresariales deben asumir mayor responsabilidad cuanto más fuerte es el impacto de sus decisiones”.

Desde un punto de vista competitivo, el catedrático sostuvo que “múltiples países están centrado sus objetivos de desarrollo en requerimientos y planes de desarrollo sostenible”, y puntualizó que “no hay ningún gobierno en el mundo que no contemple el cambio climático como eje estratégico de su gestión”. A este respecto, la Unión Europea ha “establecido como una prioridad clave” la puesta en marcha de un Pacto Verde (“Green Deal”) para “anular sus emisiones contaminantes” antes de 2050. Por su parte, la nueva Administración Biden también ha anunciado un “refuerzo de los compromisos ambientales estadounidenses”, con su vuelta al Tratado de París y su propio pacto verde. Y el gobierno chino, tradicionalmente reacio a “priorizar” los asuntos medioambientales, ha subrayado su intención de “reducir radicalmente” los impactos ambientales de su modelo económico, así como impulsar el desarrollo sostenible de sus empresas.

El documento asevera que “la capacidad técnica y financiera de las empresas les otorga un papel cada vez más importante en la posibilidad de agravar o aliviar los problemas de sostenibilidad de nuestro planeta, y la alta dirección ejecutiva de la empresa, las personas que forman parte del consejo de administración y los propietarios o accionistas tendrán que necesariamente optar en el futuro por un planteamiento con respecto a la sostenibilidad ambiental que afectará al funcionamiento de la empresa”. En este aspecto, “los responsables de orientar, decidir, implantar y supervisar los planteamientos estratégicos de la empresa se verán obligados a hacer decisiones expresas sobre su grado de proactividad ambiental que en ciertos casos pueden incluso llegar a replantear el propósito mismo de la organización, mientas que La importancia de los temas de sostenibilidad en el funcionamiento de las empresas necesariamente aumentará en el futuro inmediato”.

Sobre la pandemia de Covid-19, Aragón afirmó que “ha supuesto un primer aviso sobre los riesgos sistémicos que las empresas pueden tener en situaciones imposibles de controlar a escala planetaria. La gravedad de los problemas ambientales, la dificultad de solventarlos y las prioridades anunciadas por los gobiernos actuales de los grandes bloques económicos hace pensar que las empresas tendrán necesariamente que enfrentar retos y oportunidades ambientales de importancia muy relevante para su funcionamiento organizativo. El integrar los aspectos ambientales en las estrategias de negocio de la empresa en una forma sostenible requerirá de esfuerzos importantes, pero las recompensas pueden ser muy relevantes, sobre todo en lo que respecta al futuro del planeta”.

También participaron en el coloquio, Albert Carné Hernández, director de Sostenibilidad del Banco de Sabadell; Inma Ballesteros, directora de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas; Elena Pita, directora de la Fundación Biodiversidad; Marta de la Cuesta, profesora de la UNED; Francisco Ros, ingeniero de Telecomunicación; Ignacio Santillana, economista y patrono de la Fundación Alternativas; y Vicente Salas, profesor en la Universidad de Zaragoza.

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