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Alternativas analiza la situación política en el Magreb
Alternativas analiza la situación política en el Magreb
El martes 28 de enero echó a andar, de manera simbólica, una nueva etapa en la trayectoria de la Fundación Alternativas, con la celebración del primer acto abierto al público en la nueva sede institucional. Más de medio centenar de personas asistieron a un coloquio, organizado por el Observatorio de Política Exterior (OPEX-FA) con apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, en el cual se desgranaron los desarrollos sociopolíticos más relevantes en los distintos países que conforman la agitada región norafricana. De tal forma, este evento representa el impulso inaugural al renovado compromiso de la Fundación por acoger, en su nueva casa, presentaciones, reuniones con expertos y debates que contribuyan a divulgar observaciones y propuestas comprometidas con el progreso social, económico y democrático en España y más allá de sus fronteras.
Itxaso Domínguez de Olazábal, coordinadora del Panel de Oriente Próximo y Norte de África, hizo de guía en lo que fue un dinámico diálogo entre dos expertos en la región como son Miguel Hernando de Larramendi, director del Grupo de Estudios sobre las Sociedades Árabes y Musulmanas (GRESAM), y el periodista y politólogo Ricard González, que actualmente reside en Túnez para seguir desde el terreno los acontecimientos.
El acto comenzó con la intervención del vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, Diego López Garrido, aludiendo a la inestabilidad que acompaña a una región que, por otra parte, se caracteriza por una "vitalidad extraordinaria". Finalizada la bienvenida y las presentaciones protocolarias, los tres expertos regionales iniciaron su recorrido geográfico, deteniéndose en primer lugar en Marruecos, nuevamente centro de atención de la diplomacia española en razón de la disputa por las aguas territoriales al sur de las Islas Canarias. Hernando interpretó esta nueva contienda geopolítica con el país vecino en la línea del interés marroquí en reafirmar la "marroquinidad del Sáhara Occidental"’, mientras que González recordó que, tomando en cuenta la tradicional desconfianza con la que la diplomacia marroquí suele afrontar los cambios de Gobierno en España, ésta es aún más pronunciada con el nuevo Gobierno, dada la postura de uno de los partidos que conforman la coalición con respecto al Sáhara Occidental.
Pasando al caso de Argelia, un año después de que estallaran las protestas multitudinarias en contra de la perpetuación del mandato de Abdelaziz Buteflika, Hernando destacó la "situación de impasse" en la que se encuentra el proceso de cambio político, fruto en gran medida de la incapacidad del movimiento popular para resolver la tensión a la que se enfrentan la gran mayoría de movimientos transversales de oposición: la de pasar de unas "reivindicaciones de carácter maximalista" a articular propuestas definidas que sirvan de guía para cristalizar un cambio de régimen, con el riesgo de división interna que ello conlleva. Ante el actual descontento con las instituciones, González recalcó que la más que probable aplicación de recortes y otras políticas de austeridad en los próximos meses añadiría una "nueva dimensión socioeconómica" a unas protestas que hasta ahora se han dirigido principalmente al sistema político.
Llegados a Túnez, cuyo panorama político ha quedado sin resolver tras el reciente ciclo electoral, el ponente que ha hecho del país magrebí su nueva casa reconoció que la transición, vivida desde dentro, es inevitablemente "menos modélica que vista desde fuera". Al hilo de la reflexión de Ricard González, Hernando reiteró que una de las asignaturas pendientes de la transición tunecina es "atender a las demandas que llevaron a las protestas de 2011", es decir, reducir las desigualdades y avanzar en materia de justicia social, entre otras cuestiones de calado.
Turno para Libia, plato fuerte de la política regional en estos momentos. Días después de la conferencia de Berlín en la que los líderes políticos de las potencias implicadas se sentaron a discurrir sobre la creciente internacionalización del conflicto, González recordó que, toda vez que las dinámicas internas en Libia no son precisamente favorables a una paz sostenible, las dinámicas externas "tampoco han ayudado", contribuyendo en una buena parte a "azuzar las divisiones internas" que castigan al país. Asimismo, el periodista quiso destacar una tendencia, perceptible especialmente entre el sector más joven de las poblaciones magrebíes, a la erosión de los referentes religiosos en la vida política, lo cual se explica en parte por el "decepcionante desempeño de ciertos movimientos religiosos de oposición una vez llegados al poder". Sin embargo, según Miguel Hernando, esta erosión paulatina de la religiosidad no va necesariamente acompañada de un retroceso de los valores conservadores, en cuestiones tales que los roles de género o la libertad sexual.
Finalmente se abrió la conversación al público asistente, entre el cual se encontraban figuras del mundo diplomático y empresarial con experiencia en la región, dando pie a un intercambio de reflexiones que pusieron de manifiesto una palpable inquietud ante la ausencia de una postura común a nivel de la Unión Europea en la cuenca sur del Mediterráneo. Ante la declaración de intenciones por parte de Ursula von der Leyen por que la suya sea una "Comisión geopolítica", la resolución de las trabas que dificultan la materialización de una política exterior consensuada y colaborativa entre los estados miembros será, sin duda, uno de los temas estrella en la agenda del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas.