Novedades
Ana Moreno: 'El mayor valor social de la empresa es conseguir que nadie se quede atrás en la transformación digital'
Ana Moreno: 'El mayor valor social de la empresa es conseguir que nadie se quede atrás en la transformación digital'
La Fundación Alternativas organizó un debate on-line para presentar el documento ‘Transformación digital y productividad. Desde el talento y la confianza’, de Ana Moreno, profesora de Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Madrid. En este mundo globalizado, la sociedad digital es el terreno de juego natural de las empresas. Las transformaciones, oportunidades y retos vinculados a la generalización en el uso de las TIC, Tecnologías de la Información y la Comunicación, y la expansión de las nuevas formas de funcionamiento en redes, son múltiples y complejas. Al hablar de transformación digital, el protagonismo de las grandes empresas multinacionales tecnológicas es notablemente más relevante que el de las empresas de otros sectores. Es tan relevante que algunas de ellas han entrado a conformar una nueva categoría: las empresas unicornio o las empresas GAFA (por Google, Apple, Facebook y Amazon). Quizás, la pregunta que se deriva de este liderazgo en la sociedad digital por unas pocas empresas, es si hay que hacer un análisis diferenciado sobre su rol en la transformación digital y su responsabilidad social.
El justo reparto del valor generado por la digitalización es uno de los mayores retos de este debate sobre el valor social de la empresa, ya que no sólo es relevante el valor social que se genera, sino cómo se reparte entre todos los grupos de interés de manera justa y sostenible. Conceptos como ecosistemas de innovación, plataformas colaborativas, open innovation, o crowdworking muestran una forma de funcionamiento abierta e interdependiente, en la que el libre circular de conocimiento, relaciones y sinergias no facilita asignar el valor que a cada uno corresponde. No hay duda de que todas las grandes empresas, las pymes, las administraciones públicas y las organizaciones del tercer sector contribuyen al valor social vinculado a la transformación digital, por eso la clave es que no pierdan relevancia en el diseño de los modelos sociales.
Según Moreno, el trabajador del conocimiento debe estar “preparado para transitar y liderar la transformación digital”. La sociedad digital “nos está moviendo los cimientos y plantea numerosos dilemas éticos”, y el sistema jurídico está “desbordado” por los ritmos de cambio, mientras “tenemos que tomar decisiones a nivel nacional cuando el fenómeno es global” A su juicio, “existen muchas preguntas, y pocas respuestas, sobre qué modelo económico queremos, el impacto de las tecnologías en el empleo o la productividad en relación al cambio climático”.
La docente señaló que las empresas GAFA son “muy disruptivas y están cambiando las reglas del juego”, y gobiernos, reguladores y ciudadanía están viendo cómo “se armonizan con nuestro modelo socioeconómico actual”. Otras grandes empresas también están viviendo “sus propias transformaciones hacia la digitalización, pero también hay que tener en cuenta a las startups, las pymes y el tercer sector, sin olvidarnos de las administraciones públicas, que tienen también un papel muy destacado”.
Moreno afirmó que “el mayor valor social que pueden jugar las empresas es conseguir que nadie se quede atrás en la transformación digital, poniendo a los trabajadores de todos los sectores en alianza para conseguir un gran contrato donde cada uno tenga su misión”. En este entorno tan complejo, las empresas están viviendo una “triple transformación a nivel organizativo, digital y sostenible”, pero si la organización no evoluciona será imposible una “alineación de los ámbitos” de la sostenibilidad y la digitalización. En este sentido, la sociedad digital plantea unos retos que obligan a una “adaptación organizativa” a las compañías, pese a que el crecimiento de la productividad “no está siendo el esperado”, mientras que el “compromiso de los trabajadores es muy bajo, ya que los modelos de planificación, control y jerarquía no funcionan a partir de cierto nivel de complejidad. Un trabajador comprometido es un trabajador más productivo, y aquí entran en juego el compromiso racional -buen salario, adecuadas condiciones laborales- y el emocional -buen trato, el empleado se siente parte del equipo y se tiene en cuenta su opinión-, aspectos que las empresas deben contemplar para mejorar la productividad”.
PAPEL DE LA EMPRESA
Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, aclaró que “en una economía de mercado hay dos agentes fundamentales: la empresa y el Estado, este último tomando un papel protagonista en la relación con la sociedad desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en el siglo XXI existe una nueva reflexión sobre el papel de la empresa en los nuevos mercados digitales. Algunas empresas podrían incluso desaparecer si no persiguen fines sociales y de sostenibilidad, e integran factores ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, por sus siglas en inglés) en la toma de decisiones”.
Francisco Ros, ingeniero de Telecomunicación: “La transformación digital es un fenómeno que está presente en nuestras vidas a muchos niveles, y el covid ha acelerado el proceso de penetración de las nuevas tecnologías en la sociedad, pero ha empezado a crear desigualdades en su acceso y posibilidades de uso. Desde el punto de vista de la empresa, la digitalización afecta directamente a su funcionamiento, forma de organización y relación con los clientes, proveedores, accionistas y empleados. El nuevo modelo está además incidiendo en la competitividad de las empresas, abaratamiento de costes, mejora de la productividad, ampliación de mercados y captación de talento y recursos”.
También participaron en el debate Esther Clemente Cejudo, directora de Desarrollo y Compensación de Endesa; Xavier Bertolín, director Corporativo de Educación y Márqueting de la Fundación 'la Caixa'; Inmaculada Ballesteros, directora del Observatorio de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas; Ignacio Santillana, economista y patrono de la Fundación Alternativas; y Vicente Salas, profesor en la Universidad de Zaragoza.