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El Gobierno anuncia un plan integral y multidisciplinar para prevenir las patologías cardiovasculares
El Gobierno anuncia un plan integral y multidisciplinar para prevenir las patologías cardiovasculares
La Fundación Alternativas ha organizado este miércoles la presentación del documento La situación de las enfermedades cardiovasculares en España. Principales factores de riesgo e impacto en la gestión de las enfermedades crónicas. Tras dos años de convivencia con el coronavirus, las enfermedades cardio-metabólicas (ECV) siguen representando la principal causa de mortalidad en España, y el progresivo envejecimiento de la población en España empeorará los datos en el futuro, por lo que el informe trata de ofrecer datos para evaluar la situación de la enfermedad en España, así como recomendaciones para su correcto abordaje.
Tal y como recoge el informe, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2018 —último año con datos oficiales— fallecieron en España 120.859 personas (el 53,7% mujeres y el 46,3% hombres) como consecuencia de las ECV, lo que supone una mortalidad de 230,5 por cada 100.000 habitantes. Asimismo, la edad media de la muerte en hombres fue de 78 años, mientras que en mujeres se situó en 84 años. La cardiopatía isquémica lidera el cómputo de las muertes por ECV en los hombres; el ictus, en las mujeres. Todo ello hace que las ECV sean la principal causa de muerte en España (28,3%), seguida del cáncer (26,4%) y de las enfermedades respiratorias (12,6%). Por comunidades, Andalucía, con una tasa del 300,4, seguida de Melilla (277,9) Ceuta (273,5), Canarias (265,5) y Murcia (254) muestran la mortalidad cardiovascular más elevada. Por el contrario, Madrid (168,8), Navarra (195,6) y Castilla y León (199,8) son las que muestran las tasas más bajas de España.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, destacó la “relevancia del estudio” y apuntó a los “retos” que se presentan como consecuencia de las enfermedades cardiovasculares. “Hemos tenido muchos avances sanitarios y somos líderes en muchos apartados, pero la cronicidad de las enfermedades cardiovasculares es una de las prevalencias mayores en nuestro sistema de salud”, indicó la titular de Sanidad, quien subrayó que la esperanza de vida española “muestra que tenemos un gran sistema sanitario, pero la cronicidad a partir de los 60 o 65 años nos lleva al reto de no sólo vivir más, sino vivir mejor”.
En este sentido, Darias puntualizó que “debemos replantearnos el abordaje de las enfermedades cardiovasculares, ampliando la perspectiva para contemplarlas desde la óptica integral de la salud pública. No se trata sólo de plantear la atención a estas patologías, sino de la salud en su conjunto, para evitar los factores que predisponen su desarrollo”. La ministra recordó que la estrategia de salud cardiovascular contempla un “enfoque integral y multidisciplinar”, que “vamos a aprobar en breve”. “En esta Legislatura”, anunció, “vamos a mejorar y ampliar la capacidad del Sistema Nacional de Salud en su vertiente preventiva, que es clave contra las patologías cardiovasculares, en lo que se refiere a los factores de riesgo como el tabaquismo, sedentarismo, alcoholismo o la mala alimentación”.
Por otro lado, la ministra recalcó que “la implantación de las nuevas tecnologías en sanidad es fundamental” y que la estrategia de “salud digital va a tener una inversión de 700 millones de euros, lo que supone un salto cualitativo y cuantitativo en la lucha contra la cronicidad”. En los últimos dos años, “nos hemos dedicado a luchar contra la pandemia, lo que ha generado una desatención de otras patologías, por lo que son muchos los retos que tenemos por delante, y el documento de la Fundación Alternativas nos permite seguir focalizando en las respuestas que tenemos que dar”.
El informe, cuyos autores son Rafael Gabriel, profesor en la Escuela Nacional de Sanidad, y Rafael Bengoa y Patricia Arratibel, directores de SI-Health, tiene como objetivo realizar un “análisis actualizado de la información epidemiológica y estadística” sobre las enfermedades cardiovasculares y sus principales factores de riesgo en España, en comparación con el entorno europeo. Tras el estudio realizado, se puede afirmar que, en España —donde, no hay que olvidar, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad— existe una “disminución de la mortalidad” por las principales ECV de tipo isquémico (tanto coronaria como ictus), que viene produciéndose de forma paulatina desde hace 50 años. No obstante, en la última década se está registrando un “aumento preocupante de la mortalidad prematura” en menores de 70 años, lo que, unido a una mayor supervivencia de los pacientes cardiovasculares, podría producir una “estabilización de la mortalidad” en los próximos años.
Por otro lado, se observa también un aumento preocupante de la prevalencia de “obesidad y de diabetes”, así como unos altos niveles de presión arterial y de colesterol —principales factores de riesgo de infarto o un ictus cerebral—, lo que representa el “mayor desafío actual para lograr los objetivos de la OMS de 2025”. Según Gabriel, tanto obesidad como diabetes son “dos grandes pandemias, no reconocidas y silenciosas, que no reciben la atención necesaria”. Por otro lado, siguen existiendo “grandes brechas de desigualdad de género, social y situación geográfica en la distribución de la carga de las enfermedades”.
Las desigualdades en la carga de morbilidad plantean “retos adicionales” que requieren la “intensificación de las iniciativas políticas” para reducir el riesgo de la población y priorizar la prestación de atención de salud cardiovascular, con especial énfasis en la “prevención secundaria”, particularmente en los grupos de población más vulnerables y en las regiones españolas más desfavorecidas.
El profesor Gabriel recordó que “todavía no hemos conseguido erradicar el tabaquismo”, ya que uno de cada cinco adultos fuma —44% en hombres y 11% en mujeres—, mientras que uno de cada quince adultos sufre diabetes y uno de cada cuatro tiene obesidad. El consumo de alcohol es “el doble en España que Europa y tres veces mayor en hombres que en mujeres”, como ya destacaba otro reciente documento de la Fundación Alternativas. A su juicio, “la pandemia debería ser vista como una oportunidad para abordar de manera integral la evaluación y prevención del riesgo cardiovascular”.
ENORMES CAMBIOS DEMOGRÁFICOS
Según los últimos datos de 2019 del proyecto Global Burden of Disease (GBD), del Institute for Health Metrics and Evaluation, calculados a partir de los resultados de la carga mundial de morbimortalidad en 2017, en España se esperan “enormes cambios en los patrones demográficos” a lo largo de este siglo, con un gran aumento del número de personas ancianas en comparación con los jóvenes y una “reducción muy significativa” de la población total (sólo 23 millones de personas a finales del siglo XXI). Por otro lado, la esperanza de vida al nacer pasará en treinta años de los “85,8 años actuales a los 88,6 en las mujeres, y de los 80,2 años actuales a los 85,4 en los hombres”.
Por su parte, Bengoa recordó que el “85% de las enfermedades cardiovasculares son prevenibles”, pero es necesario “actuar urgentemente” sobre los factores de riesgo, ya que “no lo estamos haciendo con suficiente energía”. Según el experto, las enfermedades crónicas desestabilizan el sistema de salud, ya que “el 70% del gasto y el 91% de la mortalidad están vinculados a esa cronicidad, lo que además ha creado un entorno favorecedor para la pandemia”. En este sentido, son necesarias “políticas activas”, ya que el sistema de salud no tiene la capacidad de “autoorganizarse”.
Entre las recomendaciones del informe, destaca la importancia de “implantar sistemas de vigilancia epidemiológica; adecuar los registros epidemiológicos y encuestas de salud al COVID-19, diabetes o cáncer; promocionar estudios y mega ensayos clínicos para conocer mejor la distribución de las ECV y la efectividad de las medidas de prevención primaria; implantar las nuevas tecnologías para mejorar el acceso a los datos clínicos de los pacientes; emplear criterios clínicos y epidemiológicos para facilitar la evaluación y los estudios poblacionales; y poner en marcha programas armonizados entre comunidades autónomas de cribado de los principales factores de riesgo cardio-metabólicos”.
Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, que dio la bienvenida al acto, aclaró que, dada la importancia de la Sanidad en España, que “dedica a Sanidad el 10% del PIB y cuya carga económica va en aumento”, la Fundación Alternativas está haciendo un especial esfuerzo en ofrecer propuestas de mejora para el Sistema Nacional de Salud. “Este documento”, observó, “está dirigido a las autoridades médicas, pero también a las autoridades públicas y al Gobierno, para ayudarle en su estrategia sobre salud cardiovascular y sobre la gestión de la Sanidad en su conjunto”.