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3 junio 2021

Expertos advierten que la brecha salarial es persistente y ha crecido con la pandemia

Políticas públicas

Expertos advierten que la brecha salarial es persistente y ha crecido con la pandemia

La Fundación Alternativas organizó la presentación virtual del documento “Género y desigualdad laboral: la brecha salarial como indicador agregado”, elaborado por Reyes de Blas, economista en el Área de Estudios y Análisis del Consejo Económico y Social (CES), y Bruno Estrada, economista y adjunto a la Secretaría General de CCOO, con la colaboración de la Fundación Fundipax.

La investigación evidencia que la brecha salarial entre hombres y mujeres es una realidad en España. En el periodo 2008-2018, los salarios medios de los hombres han sido sustancialmente superiores a los de las mujeres. En 2018, último año de datos disponibles de la Encuesta de Estructura Salarial del INE, el salario medio anual de las mujeres era tan solo de 21.012 euros, frente a 26.738 euros en los hombres. Es decir, los hombres ganaban un 27,3% más que las mujeres, esto es, 5.726 euros anuales y 477 euros mensuales más.

En este sentido, Estrada incidió en que “la brecha salarial en nuestro país es persistente y continua en los últimos años”, aunque en momentos de crecimiento económico “tiende a reducirse” y en momentos de crisis económica “tiende a ampliarse”. La razón fundamental es que las mujeres están “mucho más presentes en las zonas más precarias del mercado laboral”.  A su juicio, la persistencia de una elevada brecha salarial “afecta al crecimiento económico a largo plazo: cuanto mayor es la discriminación de género en un país, menor es su renta per cápita, por eso es un elemento a tener en cuenta en términos de igualdad y de eficacia económica”.

Según Estrada, la brecha salarial creció en España, en el periodo 2008-2012, “un 31% en términos porcentuales y en cerca de 6.200 euros en términos absolutos, como salario de diferencia entre hombres y mujeres. Esto se fue reduciendo hasta 2018, pero posiblemente ahora se ha incrementado en un 27%”. El experto recordó que “no tenemos datos actualizados de 2020, pero son varios los indicadores que señalan que los salarios de las mujeres se han reducido mucho más que los de los hombres en el pasado año. Los sectores que más han visto bajar sus sueldos han sido comercio, transporte y hostelería, representando las mujeres en 61,6% en el comercio al por menor y el 51,5% en la hostelería”. El segundo grupo en el que más han bajado los salarios —y en el que las mujeres representan el 68%— ha sido el de actividades artísticas, recreativas, entretenimiento y otros servicios, en el que se incluyen las empleadas del hogar.

Casi un 40% de las mujeres trabajan en aquellos sectores en los que la caída de los salarios “ha sido mayor durante la pandemia”, bien por despidos, por prolongación durante muchos meses de los ERTE, o por recibir unos “salarios más bajos” al reducirse la actividad. Los sectores con mayor presencia de mujeres, que cerraron sus actividades durante el confinamiento y vieron restringida su actividad después, tenían un salario que “representaba el 63,3% del salario medio” en España. Por el contrario, los sectores que han podido desarrollar el teletrabajo durante la pandemia, con presencia mayoritariamente masculina, tenían un salario un “43% superior al salario medio”, datos que indican que “la brecha salarial ha aumentado con la pandemia”.

Entre las causas de la brecha salarial, Estrada destacó la “dificultad de integración” de las mujeres en determinadas actividades industriales, algo que la propia terciarización de la sociedad pone en cuestión, y su supuesta “menor cualificación”, cuando la realidad es que, en términos agregados, “tienen una cualificación mayor”. También el mayor peso de las mujeres en la “contratación parcial” (22,5 frente el 6,7% de los hombres), así como la “segregación horizontal” (concentración de mujeres en sectores de menor cualificación) y la “segregación vertical” (concentración de mujeres en la parte inferior de la escala jerárquica de la empresa).

Por su parte, De Blas comentó que las desigualdades laborales que se traducen en brecha salarial “proceden de la jornada”, porque hay muchas más mujeres trabajando a tiempo parcial, y de “las ocupaciones”, ya que salvo en sanidad y educación, los hombres acaparan todos los sectores que requieren una alta cualificación. Por el contrario, en comercio, hostelería y cuidados, las mujeres tienen más presencia.

La economista puntualizó que la brecha salarial es “persistente y no se va a resolver por sí sola”. La perpetuación de “estereotipos en función del género” en el mercado de trabajo es un factor importante que “habría que resolver”. Las mujeres tienen unas “capacidades innatas” que las colocan en el área de los cuidados, más relacionadas con las emociones, mientras que los hombres “encajan en los trabajos” más conectados con las “acciones”. Los estereotipos de género conllevan unas “atribuciones” específicas, donde las mujeres son más capaces de ocuparse del “hogar y los hijos”, por eso buscan trabajos “compatibles y a tiempo parcial”, relacionados con los servicios, cuidados sanitarios, administración, comercio o contabilidad. La consecuencia es que se conforman una serie de “empleos femeninos o que se feminizan, y que además pierden valor relativo”. Por ejemplo, el empleo doméstico, tradicionalmente ocupado por mujeres, tiene “menos valoración” que otros empleos similares y está en la “parte más baja” de la clasificación nacional, mientras que los “porteros de edificios”, con unas atribuciones bastante parecidas, tienen una “categoría asociada” a cualificación intermedia.

"LA DESIGUALDAD EROSIONA LA DEMOCRACIA"

Jesús Ruiz-Huerta, director del Laboratorio de la Fundación Alternativas, rememoró unas palabras del recientemente galardonado con el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2021, Amartya Sen: “El crecimiento de la desigualdad con el coronavirus erosiona las ventajas de la democracia”. Ruiz-Huerta sostuvo que una de las “consecuencias de la pandemia” ha sido la ruptura de una cierta “tendencia igualadora” entre hombres y mujeres que parecía haberse producido en los años anteriores y que se ha visto “revertida” por la crisis, como ocurrió en la recesión de 2008. Esto ha afectado “especialmente” a las mujeres y se debe a la “precariedad” en el mercado de trabajo, a la “necesidad” de que asuman mayores niveles de riesgo que los hombres y, desde luego, a su “mayor dedicación” a los cuidados en el hogar respecto a los hombres.

Francisca Sauquillo, presidenta de la Fundación Fundipax y patrona de la Fundación Alternativas, afirmó: “Este estudio llega en un momento muy oportuno porque la igualdad entre hombres y mujeres no es un tema del que se hable demasiado; parece que no preocupa debido a otros problemas que parecen mayores, pero necesitamos unas sociedades más inclusivas. La paz llega cuando hay convivencia e igualdad, y el documento aporta datos relevantes de manera rigurosa que van a ser muy útiles a la sociedad”.

En las reacciones a la presentación del documento, se unieron al debate y aportaron su particular punto de vista, desde sus distintas disciplinas y experiencias, Maite Egoscozabal, responsable de Investigación Social del Club de Malasmadres y de la Asociación Yo No Renuncio; Gemma Galdón, directora de Eticas Consulting; Lucía Gorjón, investigadora en Fundación ISEAK; y, como moderadora, Ana Requena, redactora jefa de Género en elDiario.es.

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