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Expertos denuncian la falta de vacunación en África y los desequilibrios endémicos
Expertos denuncian la falta de vacunación en África y los desequilibrios endémicos
La Fundación Alternativas organizó este miércoles la presentación on-line de su ‘Informe África 2022’, que en esta edición lleva por título ‘África y Europa en un tiempo de crisis’. Ante un trasfondo de orden internacional de futuro y contornos inciertos, pero también de muy probable inestabilidad generalizada en gran parte del Sur Global, Europa y África se encuentran en un proceso de reconfiguración de sus relaciones. Es un proceso que requerirá tiempo, dada la larga trayectoria de relaciones entre los continentes y la impronta de jerarquías y desigualdades construidas históricamente, y es un proceso necesario precisamente para superar ese legado. Esta nueva edición del Informe África, a través de sus ocho capítulos, aborda diferentes temáticas centrales en esas relaciones: desde desafíos globales como son la lucha contra el cambio climático, la salud, o las relaciones económicas, hasta desafíos políticos a los que se enfrentan diferentes países y regiones, para resolver los conflictos que los atraviesan y consolidar procesos que reviertan en el bienestar del conjunto de la población. Las diferentes contribuciones de los nueve autores que participan en el informe ponen asimismo de manifiesto cómo las desigualdades siguen marcando los vínculos entre los dos continentes, y varios de ellos ponen además el foco específicamente en la región del Sahel. La presentación del evento corrió a cargo de Elsa Aimée González, coordinadora de África Subsahariana de la Fundación Alternativas, e Itxaso Domínguez de Olázabal, coordinadora de Oriente Medio y Magreb.
Aurora Moreno Alcojor, periodista especializada en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos, destacó en su intervención la importancia de acometer en el continente africano una transición energética “justa y equitativa” que tenga en cuenta las “orientaciones específicas” y diversas de los países respecto al acceso a la electricidad y la transición ecológica, centrándose en la “creación de empleo, crecimiento sostenible, transporte, infraestructuras y movilidad”. La idea de trabajar en un partenariado para la transición verde y el acceso a la energía cobra “especial importancia” en un momento en el que la UE ha apostado por luchar contra el cambio climático con la puesta en marcha de su Pacto Verde Europeo, y en el que África es consciente de que se enfrenta a grandes desafíos medioambientales.
El continente africano es uno de los más afectados por el impacto del cambio climático, a pesar de que apenas es responsable del 3,7% de los gases de efecto invernadero. África es especialmente vulnerable al cambio climático por varias razones, entre las que destacan su dependencia de la climatología para la agricultura, las dificultades de acceso al agua, el aumento de las tierras áridas y la vulnerabilidad de las zonas costeras. A ello se suma la degradación medioambiental provocada por la acción del ser humano, la falta de recursos para llevar a cabo los procesos de adaptación que exige el cambio climático, el aumento de población y la rápida urbanización prevista para los próximos años.
Por su parte, José Luis de la Flor Gómez, doctor en Relaciones Internaciones e investigador en salud pública, criticó “las diferentes velocidades en el acceso a las vacunas” en función de los países, lo que supone una “característica de la pandemia” de Covid-19. Mientras que la población de los países con rentas altas está “accediendo a una tercera e incluso cuarta dosis de vacunación”, la mayoría de la población africana “no ha sido todavía vacunada”.
En este sentido, el experto aclaró que el uso racional de los medicamentos es clave para “reforzar la idea” de que el acceso a las vacunas contra la Covid-19 es un “bien público global”. Los expertos en salud pública y los líderes mundiales instan a considerar que las vacunas deben estar disponibles de manera justa y equitativa para cualquier población del mundo. Sin embargo, una de las desigualdades más características de la actual epidemia es la “falta de acceso” a estos medicamentos en África y su acaparamiento por los estados de mayor renta.
Dagauh Komenan, investigador en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, sostuvo que la atmósfera política se ve enturbiada debido a las crisis alrededor de las elecciones, la represión de manifestaciones de la oposición social y los enfrentamientos armados esporádicos en el marco de golpes de Estado. Sin embargo, la principal amenaza a la estabilidad regional es el “yihadismo”, ya que, desde principios de este siglo, los islamistas (muyahidines veteranos de Afganistán y Bosnia) derrotados durante la guerra civil argelina se instalaron en el Sahel y lanzaron sus primeras acciones terroristas.
Sin embargo, el investigador comenta que la alternancia política es sinónimo de la “consolidación y madurez democrática”, pese a que no se puede establecer como un criterio fiable para determinar el carácter democrático de un país. Botsuana, uno de los países citados como ejemplo de democracia y estabilidad en el continente africano, tiene al frente el mismo partido desde 1965, ganando elecciones de manera democrática desde entonces. Esto muestra que el hecho de que un único partido domine la escena no pone en duda el carácter democrático de un país.
ESCLAVITUD Y RECURSOS NATURALES
Jokin Alberdi, profesor en la Universidad del País Vasco, denunció que la “esclavitud y la extracción de recursos naturales” han sido, históricamente, la fuente de riqueza de unos pocos, mientras que, para los sectores más desfavorecidos, estas actividades, junto con el trabajo agrícola de las mujeres, han sido las “únicas alternativas de supervivencia” a las hambrunas que han provocado las numerosas sequías, ciclones y guerras en Mozambique durante los últimos siglos.
Según el experto, las grandes corporaciones y gobiernos extranjeros, en connivencia con diferentes facciones de las élites políticas mozambiqueñas, “compiten por los recursos de los territorios”, mientras, el sentimiento de “abandono” por parte del Estado, la corrupción y el enriquecimiento de algunos cargos gubernamentales, hacen aumentar el “descontento y la frustración” de amplios sectores populares. La puesta en marcha de varios “megaproyectos extractivos” de gas licuado en la costa norte, y de rubíes, oro y grafito en la zona interior-sur de Cabo Delgado en la última década, han “incrementado la violencia” en esta provincia, contribuyendo a la desestructuración de las débiles economías agrícolas familiares.
Sobre la complicada situación en Libia, Barah Mikail, director del programa de Ciencias Politicas y Relaciones Internacionales en el Campus de Madrid de la Universidad San Luis y director de Estractegia Consulting, comentó que la “fragmentación” de las instituciones nacionales, los sentimientos de pertenencia de la población del país, arraigados en la localidad, y la “sed de poder” por parte de los principales representantes políticos, hacen difícil creer que se vaya a alcanzar pronto una solución institucional duradera.
Libia anunció elecciones presidenciales y legislativas para diciembre de 2021, pero acabaron aplazándose sin fecha. Mikail recordó que al mismo tiempo que el país carece de un jefe de Estado, es un Estado “dominado por muchos jefes”. Las instituciones son la cara visible del país, pero quienes detentan el poder en realidad son individuos que, en la mayoría de los casos, aprovechan las “oportunidades que les brinda” su cargo para cultivar su influencia. Poner en marcha un proceso que lleve a la consolidación de instituciones estables en un periodo de tiempo razonable parece algo “extremadamente difícil”. Sin embargo, las expectativas y exigencias de la población libia son mayores cuanto más tiempo pasa. Los habitantes del país son unánimes en cuanto a sus necesidades y consideran que “la seguridad y las reivindicaciones socioeconómicas son prioritarias”.
Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas: “El informe África que presentamos anualmente es una gran apuesta debido a la personalidad propia del continente y sus problemas transversales, con la especificidad de cada país y cada región. África presenta problemas como el de la demografía, ya que va a tener 2500 millones de habitantes a mitad de siglo, y va a ser el continente más joven del mundo; la inestabilidad política, con varios golpes de Estado en los últimos tiempos; y la inseguridad en el Sahel, así como la difícil situación en el Magreb. El modelo colonial, basado en la extracción de materias primas, ha dejado un continente poco industrializado. La personalidad de África plantea cuestiones que se deben abordar de manera global, como la pandemia que ha asolado al continente, mientras sólo el 18% de la población tiene la pauta completa de la vacuna, o el efecto de la guerra de Ucrania, con el elevado aumento de los precios de los alimentos”.