Novedades
José Martínez Olmos: 'Debemos estar preparados ante futuras pandemias'
José Martínez Olmos: 'Debemos estar preparados ante futuras pandemias'
La Fundación Alternativas organizó la presentación on-line de los documentos de defensa 'Los desafíos de la gestión de una pandemia en un contexto multinacional. El caso de la COVID-19', de José Martínez Olmos, político y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública; y 'La colaboración público-privada en la obtención de los medios para la defensa. El caso del Fondo Europeo de Defensa', de Carlos Martí Sempere, experto en Seguridad y Defensa y doctor en Seguridad Internacional por el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado. El evento contó con la moderación de Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas.
La introducción corrió a cargo de José Luis Figuero, director del Gabinete Técnico del SEGENPOL, que comenzó su intervención recordando que el Ministerio de Defensa necesita el “contacto” permanente con el mundo “civil y académico”, para tener una idea de “hacia dónde va la sociedad” en los asuntos de defensa. A su juicio, “el concepto de la defensa española se enmarca en un complejo entramado de alianzas, organizaciones supranacionales y relaciones bilaterales, y el impacto del Covid-19 va a tener una influencia clara en la situación de España en el mundo y en su seguridad”.
Según Figuero, la “respuesta” a esta pandemia se encuentra en la “cooperación” y en recuperar el “multilateralismo”, ya que ningún país es capaz de responder de forma “individual”. Asimismo, el experto aclaró que “estamos presenciando rápidos desarrollos de la política europea de seguridad y defensa, que están teniendo sobre todo lugar en el terreno industrial, pero la autonomía estratégica es una utopía si no tenemos una base industrial y tecnológica de defensa innovadora y competitiva. Para ello, todos los países deben tener una capacidad defensiva, aunando esfuerzos de los sectores público y privado, en una colaboración que no siempre es fácil, pero que desde luego resultará beneficiosa”.
Sempere, por su parte, aseguró que el Fondo Europeo de Defensa “va a ser especialmente importante en los próximos años”. El experto añadió que el objetivo de su trabajo es “establecer una estrategia” basada en la colaboración público-privada, para “sacar provecho de la financiación” que ofrece la Comisión Europea en la obtención de los medios que España necesita para “contribuir” a la defensa.
Sempere quiso puntualizar que la defensa es “una actividad de carácter estratégico”, y necesita medios “avanzados” para cumplir sus misiones con “eficacia y eficiencia”. Para ello, se requieren “tecnologías punteras” que se llevan a cabo con “investigación, desarrollo e innovación”, no exentas de un cierto grado de “incertidumbre” que hace necesaria su “financiación estatal”. Sin embargo, la industria europea, principal beneficiaria de las ayudas de la Comisión, “presenta una serie de problemas, como un mercado fragmentado y sobredimensionado; un campo de juego desnivelado donde no siempre hay libre competencia; y unas capacidades industriales limitadas”.
El analista reveló que la industria europea de la defensa está distribuida “irregularmente” entre los Estados miembros, ya que Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y Suecia lideran las ventas con un 87%. En el caso español, su aportación a estas ventas es sólo del 4.8%, lo que representa el 0,45% del PIB nacional, según datos de 2015. La finalidad de la Comisión es desarrollar una base tecnológica e industrial “integrada, sostenible, innovadora y competitiva”, haciendo énfasis en la integración para “agrupar economías de escala, gama y aprendizaje” que beneficien tanto a las Fuerza Armadas como a la industria; para ello, “ha puesto en marcha, en enero de este año, la Dirección General de Industria de Defensa y Espacio”.
En sus recomendaciones finales, Sempere apuntó que “el Fondo Europeo de Defensa hace imperativo el rediseño de la política actual de adquisiciones; el replanteamiento de la estrategia de negocio de las empresas; y la revisión del diálogo entre la Administración y la industria”.
BIENESTAR Y SEGURIDAD
Martínez Olmos subrayó la importancia de que existan “sistemas sanitarios fuertes y universales” desde el punto de vista de su “organización y competencias”, y poder contar asimismo con organizaciones, como la OMS, que estén bien “preparadas para desafíos globales como las pandemias”. En este sentido, “invertir y gestionar adecuadamente la sanidad es altamente rentable porque presenta externalidades muy importantes para la cohesión entre el bienestar y la seguridad de la ciudadanía, ya que cuando los servicios de salud aportan elementos de prevención y de actuación ante situaciones novedosas, como pueden ser las pandemias, minimizan el riesgo de las enfermedades y ayudan a la tranquilidad y el bienestar social, y la mejora de la economía”.
Olmos precisó que “podemos tener más pandemias” en el futuro porque se pueden producir nuevos “saltos” de virus de animales a humanos, y el “mundo global en el que vivimos, con una gran movilidad de las personas”, es el caldo de cultivo perfecto para su propagación. Por ello, la OMS, en coordinación con los gobiernos, trabaja en la “detección precoz de posibles situaciones de riesgo y en la prevención y mitigación de los efectos” de nuevas patologías. Si las actuaciones “no son coordinadas de manera multilateral son menos eficaces”, teniendo en cuenta que una nueva enfermedad genera, de entrada, “incertidumbre”, por el desconocimiento de su “duración y por el tiempo de las medidas restrictivas que sea necesario articular”.
En el caso del Covid-19, la incertidumbre aumenta debido a su capacidad de “invisibilidad”, porque un porcentaje importante de los infectados es “asintomático”. Esto explica que en muchos países no se pudiera “detectar a tiempo el tsunami de la primera oleada”. Desde entonces, “hemos aprendido sobre la enfermedad y podemos actuar, con medidas drásticas de aislamiento y de restricción de la movilidad, para prevenir los contagios”.
El profesor destacó el relevante papel de la OMS: “Se trata de una organización que combina sus actuaciones técnicas con una labor diplomática que se traduce en recomendaciones y toma de decisiones, basadas siempre en la evidencia científica. Requiere el máximo apoyo de los gobiernos, pero debemos también exigirle la máxima transparencia y competencia técnica en su gestión”. Sobre el futuro, Olmos afirmó que “debemos estar preparados ante la aparición de próximas pandemias, para tener así un plus de seguridad”.