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La UE aguarda expectante las presidenciales de Brasil
La UE aguarda expectante las presidenciales de Brasil
Los lazos económicos entre Brasil y la Unión Europea son estrechos desde hace años. Sin embargo, la inestabilidad política del gigante suramericano genera intranquilidad a este lado del Atlántico, mientras China y la India le comen terreno en términos de desarrollo mercantil. En este contexto, España y sus socios europeos aguardan con expectación y cierta incertidumbre el resultado de los comicios brasileños del próximo octubre, tras las grandes turbulencias generadas por la caída de Dilma Rouseff, el actual encarcelamiento de Lula Da Silva y la perpetuación en el poder de Michel Temer a pesar de los escándalos de corrupción que le acechan.
En este sentido, la Fundación Alternativas organizó un debate titulado ‘La situación económica y política de Brasil. Perspectivas a las elecciones 2018’, con la participación de André Moreira Cunha, profesor de la Universidad Federal de Río Grande del Sur y antiguo miembro del Banco de Desarrollo de la Región Sur del Brasil, y Julimar Da Silva, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Vicente Palacio, director del Observatorio de Política Exterior de la Fundación Alternativas, presentó y moderó la sesión en torno a algunos de los retos inmediatos que afronta Brasil, y que son motivo de preocupación para el nuevo Gobierno español y para la UE: la crisis institucional, la corrupción o la incertidumbre económica.
Cunha afirmó que el desequilibrio que impera en estos momentos en la sociedad brasileña se debe a la “escasa capacidad” para producir bienes de consumo para una clase media que aumentó en “sesenta millones” gracias a las políticas de Lula entre 2004 y 2014. Según el experto, el país vivió en esa década una aceleración económica en importación y exportación, una ola de crecimiento social y aumento de los salarios mínimos, con importantes ayudas a las familias y fuertes políticas de inclusión.
Sin embargo, el desarrollo de los años de Lula y la lucha de Rouseff contra la corrupción y su enfrentamiento con los poderosos provocaron fuertes tensiones políticas que han desembocado en una profunda polarización. Y en estos momentos no existe una estrategia clara de futuro para el país.
Según Cunha, el actual Gobierno de Temer es legítimo desde el punto de vista legal, pero la situación social es muy insegura y el dinamismo tecnológico frágil, “lo que significa bajo crecimiento a largo plazo”. “En estos momentos tenemos una tasa de desempleo del 13%, con una importante desestructuración del sistema y un régimen fiscal deficiente”, aseguró.
En este complicado escenario, el economista explicó que Brasil necesita un “cambio en su estructura de gasto social” para que la educación y la sanidad lleguen a un mayor número de ciudadanos, así como un “aumento de los impuestos a las clases altas”. Y se quejó de que estos asuntos no están en el debate público ya que, a su entender, los círculos conservadores que controlan la mayoría de los medios de comunicación levantan una cortina de humo con otros temas de menor calado.
Sobre la situación de Lula, Cunha vaticinó que el poder judicial no le permitirá presentarse a los comicios, a pesar de liderar las encuestas, “lo que generará una gran incertidumbre en el futuro”. En este aspecto, Da Silva pronosticó que la inestabilidad de Brasil tendrá “repercusiones en los próximos meses” tanto en el cono sur como en España y la UE, por las “fuertes relaciones económicas existentes”.
Daniel Leguina @leguina_casas