Las encuestas preelectorales, a debate
La Fundación Alternativas ha sentado entorno a una mesa a cuatro expertos de otras tantas empresas demoscópicas para que dieran su punto de vista sobre la falta de acierto entre las estimaciones de voto que reflejan las encuestas que elaboran y los resultados finales que se producen en unas elecciones. Todos ellos coincidieron en que un sondeo demoscópico no es ninguna una ciencia exacta sino una “estimación sobre lo que es más probable que ocurra”, tal y como apuntó José Juan Toharia presidente de Metroscopia. Sin embargo, para Belén Barreiro, directora de MyWord “los sondeos políticos resultan imprescindibles porque contribuyen a la cultura cívica de un país”.En otro punto en que ninguno tuvo dudas fue a la hora de hacer un vaticinio sobre el resultado de unas hipotéticas elecciones generales, “Ni idea porque es imposible saberlo”, vinieron a decir ios cuatro intervinientes en un acto moderado por el periodista de El País, Fernando Garea,
Narciso Michavila, presidente de GAD 3, admitió que los resultados electorales del 26-J fueron una “sorpresa” a pesar de que en teoría el pronóstico era “fácil” de hacer porque se contaba con el mismo censo que seis meses antes y el recuerdo del voto era reciente. “A nosotros nos salía un resultado clavadito al 20-D”, apostilló. Factores como que la coalición Unidos Podemos no se presentó en diciembre o que era la primera vez que se votaba en sólo seis meses en unas elecciones generales. “Fuimos los últimos en sumarnos al posible sorpasso”, espetó. Y es que, en teoría, se daba a la suma de las dos formaciones 14 escaños más que el 20-D “y si se hubieran presentado por separado no hubieran llegado a los 71 que tienen ahora”.
Esta falta de acierto Michavila la achacó a que la realidad electoral resulta cada vez más “compleja” e incluso auguró que en el futuro las empresas demoscópicas vayan a fallar más en el futuro. “Antes se nos pedía quién iba a ganar y por cuánto y ahora con más partidos se nos exige saber quién va a ser el segundo, el tercero o el cuarto o cuánto pueden subir o bajar”. También lamentó el presidente de GAD 3 los perjuicios que los medios de comunicación a la hora de publicar informaciones sobre los sondeos porque buscan los titulares más “llamativos” y eso a veces genera un problema de “simplicidad”. Fue entonces cuando acuñó la frase de: “los expertos, cuanto más salen en los medios de comunicación, menos aciertan”.
El director de investigación de Sigma Dos, José Miguel de Elías, también reconoció errores a la hora de prever los resultados electorales del 26-J porque “lo que está claro es que no se cumplieron las expectativas”. En su opinión, el fallo “fundamental” son las estimaciones que se hacen de las diferencias cualitativas con la realidad social como pasó, por ejemplo, con la distorsión que hubo con el posible sorpasso de la coalición Unidos Podemos y su espectacular aumento de votos. “Esa tendencia no estuvo suficientemente ajustada y eso que ya teníamos un caso similar en 2007 cuando en las elecciones valencianas hubo un pacto de Izquierda Unida con los nacionalistas en el que luego no se cumplieron las expectativas previstas”, recordó.
Uno de los factores que achacan los expertos a los errores demoscópicos suele ser la falta de sinceridad que ofrecen las personas encuestadas en sus respuestas, aunque De Elías subraya que el porcentaje de gente que miente en “mínimo”. Para ello se basa en la siguiente teoría: “la mentira necesita siempre de una cierta elaboración y si te paran en la calle y de repente te hacen 30 preguntas seguidas como me ha ocurrido a mí o le puede suceder a cualquiera, lo cierto es que no hay margen de tiempo suficiente como para mentir”. Ya a modo de resumen añadió: “La encuestas no son perfectas pero es lo mejor que hay o, si se quiere decir de otra manera, es el menos malo de los que hay".
La patrona de la Fundación Alternativas, Belén Barreiro, minimizó los errores en las predicciones de las encuestas preelectoral porque, en su opinión, “no fueron peor que otras veces”, al tiempo que advirtió de que este tipo de cosas van a volver a suceder. Barreiro justificó que las empresas demoscópicas se vieran obligadas a “cocinar” los datos que obtienen de las encuesta debido a que “la gente miente”. De ahí la necesidad de conocer los “sesgos” para saber cuando se tiene que corregir. “No es que la gente mienta con maldad sino que reflejan un estado de opinión que el sociólogo debe ser capaz de interpretar y hacer algo al respecto”, remarcó.
Barreiro, que dijo no concebir el diseño de una estrategia electoral por parte de los partidos políticos sin los sondeos, achacó el error “gordo” del sorpasso anunciado y fallido de Unidos Podemos en las últimas elecciones. “El problema –explicó la directora de My Word-, es que cuando le preguntas a un votante de Podemos si va a votar todos te dicen que sí y al final, por los motivos que fueran, luego no lo hacen”. Esa circunstancias, unida al hecho de que sólo disponen de series históricas sobre PP y PSOE y nada sobre los nuevas formaciones emergentes , hace que los pronósticos no se ajusten luego a los resultados definitivos
Por último José Juan Toharia puso en tela de juicio la prohibición de publicar encuestas electorales los cinco últimos días de campaña para que no influyan en el resultado de las elecciones . “La verdad es que me parece algo absurdo porque es como si nos estuvieran diciendo que otras cosas como los telediarios no influyen y nuestro trabajo sí”, protestó. Toharia fue el más vehemente de los cuatro participantes a la hora de defender el trabajo de las empresas demoscópicas. “Lo que no se puede anunciar es predecir con una exactitud milimétrica qué va a ocurrir porque lo que nosotros podemos hacer es describir estados de ánimo”, precisó.
Así, enfatizó en el hecho de que cuando alguien es encuestado “no se le exige luego una declaración jurada de si lo que ha dicho es cierto o no”. Es más, remarcó que es una “especie de atraco que hacemos a la gente en sus casas o en la calle” y que de las respuestas a esas preguntas resulta imposible predecir el futuro. Dicho de otro modo, para Toharia las encuestas no fallan “cuando no cumplen con una misión que nunca van a conseguir que es atinar al cien por cien”. En cambio, sí defendió la teoría de que el margen de error es “poquísimo” pero que la gente y los medios de comunicación siempre se acuerdan de ellos, “algo que echo en falta cuando acertamos”.
- El periodista de El País, Fernando Garea, explica su punto de vista. Pinchar aquí.
- El director de investigación de Sifma Dos, José Miguel de Elías, también opina sobre la cuestión Pinchar aquí.