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Los españoles desconocen las exenciones fiscales del mecenazgo cultural
Los españoles desconocen las exenciones fiscales del mecenazgo cultural
La contribución del sector privado para la protección o ayudas a actividades culturales es un tema que lleva años siendo objeto de análisis y controversia. Los recortes institucionales que año tras año sufre el mundo de la cultura ponen sobre la mesa el debate acerca de la necesidad de fomentar el patrocinio. Por otro lado, la reforma de la Ley de Mecenazgo sigue siendo una de las grandes necesidades de la cultura española. En este sentido, la Fundación Alternativas organizó una mesa de trabajo con distintos expertos, con la intención de aportar ideas y encauzar las demandas y propuestas de sector cultural en un asunto tan importante para su desarrollo. La moderación corrió a cargo de Inma Ballesteros, directora de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas.
Ana Villaroya, economista de la Universidad de Barcelona, puso de manifiesto la “falta de información” para evaluar el peso del mecenazgo en España, pero afirmó que tanto la financiación pública de la cultura como el patrocinio cultural por parte de la ciudadanía presentan “tendencias negativas” en los últimos años.
A su juicio, el mecenazgo no ofrece buenos indicadores, ya que se ha registrado una inclinación marcadamente decreciente en el periodo 2006-2016 de las deducciones de las personas físicas por “inversiones y gastos” de interés cultural. En este sentido, recordó que más de la mitad de la población española “desconoce” las exenciones fiscales en el fomento de las artes y la cultura.
En lo que se refiere al crowdfunding, España se sitúa entre los diez países líderes en campañas culturales y creativas, mientras que a nivel europeo se llevaron a cabo 75.000 iniciativas entre 2013 y 2016, con predominio audiovisual y musical, que generaron 247 millones.
Juan Arturo Rubio, gestor cultural y profesor en la Universidad Antonio de Nebrija, apuntó que la “variable educativa” es la que marca la predisposición a ser mecenas, y señaló que en el Reino Unido, Escandinavia y centro de Europa la participación cultural es “mayor” que en el sur del continente, lo que supone el paso previo al mecenazgo.
A nivel académico, el experto reflexionó hasta qué punto el patrocinio fomenta la corriente neoliberal: “Existe una tendencia que opina que el mecenazgo puede resolver el futuro de la cultura. En Europa la gestión cultural la marca el Estado, pero en los Estados Unidos la marca el mercado. Europa debe buscar el encaje para potenciar la creación y el consumo”.
Por su parte, Néstor Nongo, jefe de la Unidad de Cultura y Mecenazgo del Ministerio de Cultura, se quejó del “desconocimiento” sobre la Ley de Mecenazgo y aseguró que hacen todo lo posible por “difundir los incentivos”, sobre todo los referidos al micro mecenazgo. Para ello, subrayó la importancia de crear un “clima favorable” hacia el patrocinio a nivel social, como ocurre en otros países, y una mayor implicación de las empresas.
Sobre este último punto, Isabel Peñalosa, directora de Relaciones Institucionales de la Asociación Española de Fundaciones, aclaró que las compañías han “aumentado” su participación en los últimos años, no así las personas físicas. Según Peñalosa, el perfil del donante responde al de un varón, con una renta anual entre los 30.000 y los 60.000 euros, y que aporta una media de 170 euros. En su opinión, “el micro mecenazgo ha sido muy bien aprovechado por el sector social, pero no tanto por el cultural, y es necesario que el aumente el número de grandes donantes”.
Daniel Leguina @leguina_casas