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Los investigadores piden un ‘gran pacto social’ por la ciencia y afirman que el Gobierno la ‘desprecia’
Los investigadores piden un ‘gran pacto social’ por la ciencia y afirman que el Gobierno la ‘desprecia’
La ciencia y la tecnología necesitan un gran –y urgente- empuje político y social para que España no se quede –una vez más- en el vagón de cola del desarrollo en investigación y progreso. Dicho de otra manera: un lavado de cara, de arriba abajo, que sitúe al país en la posición puntera que el esfuerzo y calidad de los científicos nacionales se merece. Tristemente, la fuga de investigadores al extranjero es ya muy preocupante, mientras la inversión pública brilla por su ausencia y ha menguado considerablemente en los últimos años, y la mayoría de países del entorno dedica cada ejercicio más capital a I+D+i, a pesar de la crisis.
La Fundación Alternativas, en su determinación por aportar ideas y promover el cambio social, considera el desarrollo científico y tecnológico como un asunto de primera magnitud para el futuro de España. En este sentido, presentó, en una abarrotada sala Ernest Lluch del Congreso de los Diputados, su I Informe de la Ciencia y la Tecnología, en el que han participado un buen número de expertos de primera fila y que ha contado con la colaboración de Técnicas Reunidas.
Entre las conclusiones del documento destacan que el Estado ha recortado más de un 30% la financiación en I+D en nueve años; la brecha con los países avanzados ha aumentado notablemente; el número de patentes se ha reducido en un 60% en los últimos años; y la urgencia de incluir ciencia y tecnología en la agenda política e incrementar el nivel de gasto público en I+D hasta el 2% del PIB.
Vicente Lárraga, director del Grupo de Parasitología Molecular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y coordinador del estudio, advirtió que la sociedad “sólo avanza con el conocimiento”, y recordó que no es únicamente un problema de inversión, sino que hace falta una “política coordinada” y que la ciencia esté presente en la “agenda de los gobernantes”. En su opinión, el recorte en ciencia y tecnología de los últimos años ha “influido” en una creación de empleo de baja calidad, mientras que “una burocracia asfixiante está provocando el desmantelamiento del sistema”.
Mariano Barbacid, jefe del Grupo de Oncología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, afirmó con rotundidad que la situación de la ciencia y la tecnología en España “es de extrema gravedad, y no es exagerado afirmar que está al límite”. A su juicio, el Gobierno “desprecia” al sector y los nuevos partidos no han hecho nada para mejorar la situación: “Ciudadanos no quiere saber nada de modificar los presupuestos y Podemos nunca se ha pronunciado al respecto”.
Según Barbacid, la investigación y el desarrollo deben convertirse en un asunto prioritario. Para ello, haría falta un Ministerio de Ciencia y Tecnología "competente"; una Oficina Parlamentaria para marcar las estrategias; volver al nivel de financiación para I+D+i del periodo 2008-09; un gran pacto de Estado; y un rejuvenecimiento del sistema: “Sin juventud no hay futuro”.
Isabel Álvarez, directora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, pidió un “cambio del modelo productivo” enfocado a la innovación para no perder el tren del progreso: “Tenemos pocas empresas innovadoras y su esfuerzo ha decrecido en los últimos años: estamos cinco puntos por debajo de la media de la UE en este ámbito”; mientras que Miguel Ángel Quintanilla, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia, abogó por un “pacto social” para eliminar de una vez por todas los viejos problemas de la ciencia en España: “Recursos insuficientes, gestión inadecuada, exceso de control gubernamental y escasa implicación colectiva”. A su entender, “no se puede discutir que el gasto público en I+D debe ser el 2% del PIB”.
En parecidos términos se expresó Nicolás Sartorius, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, quien afirmó que España necesita un “gran pacto de Estado” y una mayor inversión en ciencia para no volver a los fantasmas del pasado, “cuando llegamos tarde a la Revolución Industrial y pagamos las consecuencias con respecto al Reino Unido, Alemania y Francia”.
“Sin avances científicos no hay progreso ni futuro, y se trata de un problema de organización y estrategia cuyas prioridades deben ser marcadas desde el poder político”, dijo Sartorius.
José Lladó, presidente de Técnicas Reunidas: “Sin ciencia no hay tecnología e innovación. Las estructuras españolas son poco adecuadas e insuficientes. Tenemos un pobre desarrollo industrial y por parte de los gobiernos nunca ha existido un entusiasmo claro para potenciar el crecimiento. Estamos en un momento clave para reforzar la investigación porque la economía está mejorando”.
Texto e imágenes: Daniel Leguina @leguina_casas
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