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Marta Pérez: 'La UE ha priorizado la eficacia a corto plazo al compromiso con los derechos humanos'
Marta Pérez: 'La UE ha priorizado la eficacia a corto plazo al compromiso con los derechos humanos'
La Fundación Alternativas organizó la presentación on-line del documento titulado ‘Flujos migratorios en el Mediterráneo: causas, políticas y reforma’. Al igual que ocurrió en 2015, una crisis con profundos efectos en la movilidad a varios niveles ha desviado la atención de una problemática directamente relacionada con la gestión de la movilidad en el Mediterráneo, por parte de la Unión Europea (UE) y sus Estados miembro. La llegada de la crisis sanitaria del Covid-19 a Europa hizo que se pasase de hablar de cerrar las fronteras a los refugiados procedentes de Turquía a registrar el cierre de fronteras entre Estados miembro. La pandemia, por una parte, ha arrojado luz sobre lo importantes que son las personas migrantes para las sociedades occidentales, así como sobre su situación de vulnerabilidad. Por otra, ha abierto la puerta a discursos populistas-nacionalistas que exaltan la soberanía y la amenaza del 'otro', y todo lo relacionado con la globalización, homogeneizan la idea de sufrimiento de 'todos' y ponen énfasis en el sufrimiento de los 'suyos'. Moderado por Itxaso Domínguez de Olázabal, coordinadora de Oriente Próximo y Norte de África de la Fundación Alternativas, el encuentro virtual contó con varios expertos en la materia.
Anna Terrón, directora de la FIIAPP y ex secretaria de Estado de Migraciones, afirmó que es importante “contextualizar la migración cuando hablamos de ella. Estamos en un universo de confusión a la hora de utilizar términos como migrante, migración, refugiado, asilo”. Abordar las políticas de migración y asilo requiere “entender” toda su complejidad, porque, de lo contrario, “no podemos hacer políticas públicas” adecuadas y efectivas.
Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid, aclaró que es “fundamental” hacer una buena “pedagogía” del hecho migratorio, y estudiarlo como un “fenómeno estructural y no coyuntural”, y “aproximarnos a él con toda la rigurosidad conceptual que tengamos a disposición”. En este sentido, en España “llevamos muchos años trabajando el tema de las migraciones y tenemos estudios de gran profundidad desde los años noventa, sobre el mercado de trabajo y la posición de los migrantes en él, la migración regular e irregular, o el impacto de las crisis del 2008 y la actual en estas poblaciones”.
Gemma Pinyol-Jiménez, directora de Políticas Migratorias y Diversidad en Instrategies, aseguró que la declaración entre la UE y Turquía sirve como ejemplo para poner sobre la mesa algunos de los aspectos “negativos” de la construcción de una política de inmigración común que lleva “veinte años” en proceso, lo cual indica que “tenemos un problema serio porque muestra que algunos apartados no acaban de funcionar”. Sobre este punto, la experta destacó la “obsesión” de los países comunitarios por el “control de fronteras” como único instrumento de la gestión migratoria, lo que deriva en una serie de “disfunciones”, como el hecho de no adoptar vías regulares para “gestionar” la movilidad. “Mientras no pensemos en vías regulares y nuestra mirada esté centrada en las fronteras no vamos a mejorar la situación”.
Marta Pérez, consultora en el ámbito de las migraciones, sostuvo que “la Unión Europea ha priorizado la eficacia en el corto plazo al compromiso con los derechos humanos y el asilo”. La declaración UE-Turquía tiene un “impacto negativo” en las personas que necesitan protección internacional, ya que “no garantiza sus derechos” porque la propia declaración “necesitaba considerar” que Turquía es un país seguro, y además “es una nación con una salud democrática cuestionable tras el golpe de Estado de 2016”.
Beatriz Mesa, profesora e investigadora en la Universidad Internacional de Rabat, apuntó que “estamos en un momento en que tenemos que hablar ya más de movilidad y menos de migraciones, porque al hablar de migraciones nos estamos refiriendo a un derecho natural de todo individuo de cruzar una frontera”. La movilidad es una “manera de vivir”, y la cuestión migratoria, en España y en los medios de comunicación, se limita al tema fronterizo, “pero nos olvidamos de las causas que empujan a tantos ciudadanos africanos a salir de sus hogares y arriesgar sus vidas”. El factor preponderante es el “socio-económico”, pero también buscan la “prosperidad” y mejorar su condición de vida y la de sus familias. A un segundo nivel aparecen asimismo factores “raciales, religiosos y medioambientales”.
Según Terrón, “debemos abandonar los prejuicios: por ejemplo, utilizamos la palabra ‘migrante’ cuando se trata de personas sin recursos económicos, pero no cuando son personas altamente cualificadas con buenos salarios. Es importante saber qué decimos y a qué nos referimos, tanto en el ámbito académico como en la sociedad civil, para mejorar las políticas migratorias”.
SECTORES VULNERABLES
Por su parte, Ferrero expuso la importancia de “garantizar” los derechos de los trabajadores, en especial de los sectores más “vulnerables”, y fomentar el debate para “articular una política migratoria”, desde España hacia Europa, que sea más justa y “beneficie” tanto a las sociedades de acogida como a las personas que llega a “insertarse en esas sociedades”.
Para Pinyol-Jiménez, Europa ha “demostrado” una necesidad de reaccionar de manera “cortoplacista” a fenómenos mucho más graves. Parece que en el 2015 se “descubrió” el problema, cuando mucho antes ya “existían refugiados que intentaban llegar a Europa”. Por otro lado, los Estados europeos, para no tener que lidiar con la inmigración a través de la frontera, “están pidiendo a nuestros países vecinos que se encarguen de controlar los flujos migratorios, lo que pone en riesgo la vida de las personas y vulnera el derecho de asilo; la externalización es, por tanto, una dinámica enfermiza”.
Pérez opinó que el proyecto europeo y su “compromiso con los derechos y libertades” queda en entredicho, porque en la declaración UE-Turquía los refugiados se convierten en “moneda de cambio” de una negociación internacional, en un “arma política pura y dura”. Las amenazas de Turquía, que más tarde llegó a cumplir, en febrero de este año, ponen en evidencia la “debilidad y lentitud” de la UE frente a Turquía, y también a la hora de “sancionar a los Estados miembro que no cumplen con cuotas de reasentamiento”.
Mesa recordó que “estamos en un momento delicado para toda la frontera del Mediterráneo oriental y central porque se han producido salidas masivas de África hacia Europa, dentro de una coyuntura de desintegración de sistemas políticos en el contexto de las primaveras árabes, que ha provocado que países como Libia, Argelia o Túnez se conviertan en auténticos corredores de migrantes hacia el Mediterráneo”.