Uno de los primeros experimentos conocidos en Europa Occidental de un gobierno de coalición formado por un partido de derechas con otro de extrema derecha se ha dado, ironías del destino, en las tierras comuneras de Castilla y León. Un presidente del PP y otro de Vox gobiernan esa querida comunidad desde abril de 2022. Por jugarretas del “azar”, la política laboral le ha tocado en mala suerte a un representante de Vox. Pues bien, no han transcurrido apenas diez meses cuando el referido gobierno ha puesto en acción una serie de medidas con la aviesa intención de debilitar a los sindicatos y su capacidad de negociación.
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