En estas últimas semanas he escuchado opiniones de altos responsables políticos de la derecha que me han alarmado por lo que pueden llegar a significar. Uno de sus portavoces, persona de larga experiencia europea, ha afirmado que la resistencia de los miembros conservadores del CGPJ a renovar dicha institución ha supuesto un servicio al orden constitucional al evitar que el “maligno” Sánchez -creo que se trata del presidente del Gobierno de España- se haga con el “poder judicial”. Una reflexión en la misma línea que la del máximo dirigente del PP cuando sostiene, con reiteración, que no está dispuesto a pactar dicha renovación, pues desea evitar que el actual Gobierno se haga con el mencionado poder, en su ansia por ocupar todas las instituciones del Estado.
Doctrinas tóxicamente peligrosas
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