Lo real ya no es lo que era, ni lo que es. Todo se puede transformar en su contrario, es cuestión de tener los medios para hacerlo. Me refiero, claro está, a la situación de España en estos momentos. Para un observador atento, que se atenga a su propia indagación, la realidad objetiva es bastante indiscutible. La economía española es la que mejor se encuentra entre las europeas, con un crecimiento sólido del 4,2% interanual y del 2,3% al final del año, tres veces mayor que la media continental. Acabamos de alcanzar el nivel del 2019, en tres años, con dos de una terrible pandemia cuando en la crisis del 2008/9, con la derecha, nos costó recuperarnos ocho años, después de duros sacrificios sociales y recortes en el Estado de bienestar. Se dice que nos ha costado más que a otros países, pero se oculta que nosotros perdimos mucha más riqueza por la sencilla razón de que dependemos más del turismo, que colapsó totalmente.
Lo real versus lo virtual
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