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El triunfo de Arce abre una nueva etapa en Bolivia: Expectativas y desafíos

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13 noviembre 2020 / nº 61-2020
Matías Mongan

El triunfo de Arce abre una nueva etapa en Bolivia: Expectativas y desafíos

Un año después después de que el intento de Evo Morales de perpetuarse en la presidencia desembocara en su marcha forzada del país y en protestas masivas, el 18 de octubre se celebraron elecciones en Bolivia, con el resultado del regreso al poder del MAS (Movimiento al Socialismo), esta vez bajo la candidatura del exministro de economía Luis Arce. Esta nota analiza las claves de su triunfo electoral, y explora los desafíos a los que se enfrenta Arce en su presidencia, además de sus implicaciones a nivel regional e internacional.  

 

Razones del triunfo de Arce:

  • Una de las primeras razones que explican el triunfo de Arce es la pésima gestión llevada adelante por la presidenta interina Áñez. En lugar de impulsar una política pragmática orientada a socavar la base electoral de Morales en el Altiplano y que le hubiera permitido a la derecha aumentar su influencia en una zona tradicionalmente hostil a sus intereses, optó por copiar el modelo Bolsonaro: militarizar a la sociedad y perseguir a todo aquel que fuera -o al menos pareciera- simpatizante masista. Una “campaña del miedo” que incluso llevó a la administración interina a tener roces diplomáticos con países como España y México.
  • Mientras el gobierno y los demás candidatos de derecha se peleaban para presentarse como la opción más segura para evitar el retorno del MAS al poder (una puja que a la postre terminó dividiendo a los votantes “anti-Evo” y abriendo paso para el holgado triunfo de Arce), el ex ministro de Economía acertadamente puso el foco en la crisis económica y se presentó como el único capaz de brindar estabilidad y de recuperar el crecimiento económico en un país sumido en conflictos y enfrentado a los estragos económicos generados por el coronavirus. 

 

Desafíos de su presidencia:

  • Arce deberá construir su legitimidad -más allá de que la tiene por ser presidente electo y por haber sido el artífice del “milagro económico” boliviano- y crear un discurso político para dotar a su gobierno de una identidad propia y no quedar así atado a la “larga sombra” de Evo Morales.
  • El mandatario electo deberá ingeniárselas para compatibilizar las pugnas que existen dentro de su partido entre los sectores “dialoguistas” y “radicales”. Mientras los primeros comparten el enfoque pragmático del ex ministro de Economía y su llamado a construir un gobierno de “unidad nacional” y a “reconducir el proceso de cambio sin odio, aprendiendo y superando nuestros errores”, los segundos buscan que no queden en la impunidad los abusos a los derechos humanos cometidos durante el régimen de Áñez.

 

Implicaciones a nivel regional e internacional:

  • Entre las innumerables felicitaciones recibidas sobresalió la del presidente español, Pedro Sánchez, a quien Arce le manifestó su predisposición a restablecer mutuamente embajadores con España para así poner fin al conflicto diplomático generado durante la gestión Áñez.
  • Luego de oficializarse su triunfo, el presidente electo aprovechó una entrevista con TVE para enviar un mensaje a la comunidad internacional – y sobre todo a las empresas españolas – en un momento en que su país necesita de inversión extranjera para dinamizar la economía y hacer frente a los desafíos socioeconómicos generados por la pandemia del coronavirus.

 

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