Vaillancourt analiza la financiación territorial
El pasado lunes 8 de octubre, tuvo lugar en la Fundación Alternativas el seminario ‘Current characteristics and difficulties of financing Subnational Governments’, que reunía a expertos de Canadá, Alemania y España para discutir los diferentes modelos de financiación subnacional existentes en cada uno de estos países. La intervención principal de la jornada la llevó a cabo François Vaillancourt, profesor emérito de Economía de la Universidad de Montreal y fellow del Center for Interuniversity Research and Analysis of Organizations (CIRANO). En su primera exposición, el profesor Vaillancourt presentó los principios generales que definen los distintos tipos de financiación autonómica y las razones más comunes por las que este tipo de transferencias son empleadas. La financiación autonómica es clave no solo como forma de ganar poder político de forma temporal o permanente, sino también como manera de obtener apoyos de los Gobiernos subnacionales hacia políticas del Gobierno central, como motivo de unidad nacional, como nivelador de los efectos económicos de la movilidad interna o como garante de la provisión de servicios públicos en los distintos territorios.
En este sentido, Vaillancourt expuso una serie de “buenas” prácticas para garantizar un correcto funcionamiento de los mecanismos de financiación subnacional. Distinguir entre las distintas necesidades de regiones demográficamente distintas es importante a la hora de diseñar estos mecanismos: no todas las regiones cuentan con los mismos ingresos, pero tampoco con las mismas necesidades de gasto. En este sentido, Vaillancourt identificó como particularmente compleja la capacidad de estimar estas últimas, tanto por la dificultad del cálculo como por el riesgo moral que implican estas decisiones.
El modelo de financiación territorial dependerá en gran parte del grado de solidaridad interregional existente en un país, ya que algunos tienen tradiciones más igualitarias aunque, según Vaillancourt, todas las áreas de un Estado deben contribuir a la financiación de las necesidades sociales. “El caso de España, con la existencia de comunidades forales, es singular; solo un país como Zanzíbar tiene un modelo similar”, afirmó.
La segunda parte de la jornada estuvo dedicada a la exposición de cuatro modelos distintos, cada uno con sus particularidades en cuanto a la financiación subnacional. Los dos primeros casos fueron presentados por el propio Vaillancourt: el modelo canadiense y el australiano. Ambos países de la Commonwealth han tenido trayectorias distintas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el modelo canadiense optó por descentralizar en mayor medida la recaudación de impuestos sobre la renta. En consecuencia, mientras que el modelo canadiense presta mayor atención a corregir las desigualdades en la capacidad recaudatoria de cada provincia, el australiano incorpora un complejo cálculo, con la ayuda de grandes cantidades de microdatos, para estimar las necesidades de cada Estado en cuanto a la provisión de servicios, con el objetivo de alcanzar la cobertura completa de tales necesidades estimadas.
Por su parte, David Bauer, economista del Instituto IFO de Bremen, presentó el caso de Alemania, cuyo sistema de ecualización en cuatro fases trata de crear y mantener unas condiciones de vida similares en todo el país. A pesar de ello, como explicaba Bauer, el sistema ha sido objeto de numerosas críticas: los estados más ricos consideran que aportan demasiado, mientras que la deuda lastra el crecimiento de otros, especialmente en algunos municipios de los estados más pobres. El actual esquema, de hecho, dejará de tener efecto tras el año 2019, por lo que se espera una reorganización de los criterios a partir de entonces. Todo indica a que el Estado Federal tendrá más responsabilidad en igualar la capacidad fiscal entre los estados federados, mientras que se prestará mayor atención a las necesidades de algunos municipios.
Por último, Ana Herrero, profesora de Economía Aplicada en la UNED, presentó a los asistentes el funcionamiento del caso español poniendo el acento en el endeudamiento de las Comunidades a raíz de la crisis económica. En ese sentido, el Fondo de Liquidez Autonómica, creado por el Estado en 2012 ante la dificultad de las comunidades para acceder a créditos en los mercados, implicó en la práctica un cierto desplazamiento de atribuciones en favor de la administración central y, a juicio de la profesora Herrero, presenta sin duda un reto para el futuro. Los ponentes y asistentes que participaron en la discusión posterior consideraban que, a pesar de que la última reforma de la financiación autonómica había implicado un cierto avance respecto a modelos anteriores y que se había visto muy afectada por la crisis económica, existía aún mucho margen de mejora. Por otra parte, la disparidad entre la percepción de los ciudadanos sobre las competencias autonómicas en materia fiscal y sus valores reales, no obstante, evidenciaban la necesidad de realizar un mayor esfuerzo en materia de educación fiscal y comunicación a los ciudadanos.